La chimichanga, uno de los platillos más icónicos del norte de México, tiene una historia peculiar detrás de su creación. Aunque la fecha exacta de su invención es incierta, la anécdota que la rodea es bastante conocida.

Se dice que en un restaurante al norte de México, una cocinera estaba preparando burritos cuando, por accidente, dejó caer uno en una olla llena de aceite caliente. Ante esta situación, exclamó una frase que incluía una grosería, pero al percatarse de la presencia de niños, decidió cambiar la palabra por “chimichanga”.

La cocinera decidió sacar el burrito frito de la olla y para su sorpresa, descubrió que tenía un sabor delicioso. Decidió agregarlo al menú y desde entonces se convirtió en un platillo popular en estados como Sonora, Sinaloa, Baja California y en el sur de Estados Unidos.

La preparación de una chimichanga es relativamente sencilla:

Ingredientes:

  • 12 tortillas de harina
  • 400 g de frijoles bayos refritos
  • 400 g de queso asadero
  • 1 diente de ajo
  • 250 g de manteca de cerdo
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra molida al gusto

Preparación:

Para el relleno:
  1. Pica finamente el ajo.
  2. En una sartén, derrite 50 g de manteca de cerdo y añade los frijoles refritos, el ajo picado y el queso hasta que se derrita.
  3. Revuelve bien y sazona con sal y pimienta al gusto.
Para el armado:
  1. Coloca 2 cucharadas de relleno en el centro de cada tortilla y enróllalas como burritos, doblando los extremos hacia adentro para evitar que el relleno se salga.
Para freír:
  1. En una sartén, calienta el resto de la manteca de cerdo hasta que comience a burbujear.
  2. Sumerge los burritos en la manteca caliente hasta que adquieran un color dorado.
  3. Retira los burritos del aceite caliente y deja que se enfríen unos minutos antes de servir.

¡Disfruta de esta deliciosa especialidad norteña en la comodidad de tu hogar!

Por Redaccion

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