Los cierres de escuelas durante la pandemia de COVID-19 amenazan con “borrar avances de décadas” en el desarrollo de las “habilidades de los adultos” y ahondar la brecha entre ricos y pobres (norte y sur), si no se toman medidas urgentes para mitigar su impacto.
Esa es la principal conclusión de una investigación realizada por científicos de IIASA (Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados) sobre los efectos en la “calidad del capital humano”, que previsiblemente tendrán a largo plazo la suspensión de las clases impuestas para frenar el COVID-19.
Nuestros resultados subrayan la urgencia de introducir medidas de mitigación y estrategias de recuperación en respuesta a la tremenda perturbación del sistema educativo mundial”, destaca el estudio.
Los investigadores dedujeron cómo la pérdida de aprendizaje derivada de la suspensión o reducción de la enseñanza durante la pandemia afectará a largo plazo las desigualdades.
El cierre de escuelas debido a la pandemia de COVID-19 afectó al aprendizaje en distintos grados en diferentes países”, recuerda IIASA en un comunicado emitido este jueves en Viena.
El estudio, publicado en PLOS ONE, la revista científica de la Public Library of Science, “arroja luz sobre lo que esta pérdida de aprendizaje supondrá para el capital humano de los países en las próximas décadas”, añade la nota.
Para hacer su evaluación, los investigadores midieron el efecto que ha tenido ya el cierre de las escuelas durante la pandemia en las habilidades de las personas, y proyectaron el desarrollo de esas habilidades en los adultos de 45 países hasta el año 2050.
“Proyectar el capital humano -en otras palabras, el valor económico de la experiencia y las habilidades de una persona- nos da una idea de la situación futura de las sociedades”, explica Claudia Reiter, investigadora de IIASA y coautora del estudio.
“También influye en la capacidad de innovación de las personas de cara a los numerosos retos que habrá que afrontar en el futuro, como el cambio climático”, añade.
La brecha entre los países del “Norte Global” y los del “Sur Global” en cuanto a las competencias de sus ciudadanos adultos “seguirá probablemente existiendo en 2050, incluso con hipótesis muy optimistas”, advierten los científicos, si bien admiten que hay factores inciertos que pueden hacer variar estos pronósticos.
Ven muy probable que la huella que dejará el COVID-19 será una exacerbación de las desigualdades entre países según el grado en el que ha afectado negativamente a la formación de las personas.
“Las competencias adquiridas por los alumnos se han visto especialmente afectadas en los países en los que las escuelas han permanecido cerradas durante un periodo prolongado y en los que se carece de la infraestructura necesaria para una escolarización electrónica eficaz”, concluye el instituto.
Si no se aplican “inmediatamente políticas para mitigar la pérdida de aprendizaje”, la pandemia supondrá un retroceso para los sectores y países más afectados”, advierte.