Sonora es reconocido como cuna de la revolución verde, pero también como un lugar con condiciones climáticas extremas que dificultan las actividades agrícolas.
El sistema agroalimentario enfrenta actualmente desafíos ambientales, sociales y económicos, por lo que la conservación de la agrobiodiversidad es fundamental para la humanidad.
En el 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoció que las semillas son la base principal para el sustento humano. Además, las semillas nativas o criollas son depositarias del potencial genético de las especies agricolas y sus variedades como resultado de la domesticación y adaptación a la condiciones ambientales (FAO y Minagri, 2023; Bonicatto et al., 2020).
Por lo tanto, la soberanía alimentaria depende de que las comunidades cuenten con las semillas que les garanticen su producción de alimentos, su capacidad para sortear desafíos ambientales y altibajos de los mercados (Conahcyt, 2023; Scheinder, 2021).
Semillas: bienes comunes
Históricamente las semillas se han considerado bienes comunes para las y los campesinos, quienes han mantenido el control y la diversidad de estas (Hourtar, 2013).
La FAO (2019) menciona que más del 80% de las variedades de semillas cultivadas se están perdiendo, al igual que los conocimientos y las prácticas de conservación, debido a factores como la deforestación, disminución de polinizadores, envejecimiento de las y los productores, privatización y comercialización de semillas patentadas por corporaciones agroalimentarias, disminución del relevo generacional y por los efectos del cambio climático.
Ante esta problemática, instituciones, organizaciones no gubernamentales y comunidades tanto de México como de otros países han creado bancos de semillas comunitarios para la conservación de la agrobiodiversidad, ya sea para facilitar el acceso de las y los campesinos al germoplasma local, aprovechar los beneficios de las semillas adaptadas a contextos ambientales o preservar gastronomía regional (Del Amo Rodriguez et al., 2017; Ramprsasd, 2007; Searice, 2007).
Recuperación de la agrobiodiversidad
El estado mexicano de Sonora es reconocido como cuna de la revolución verde, pero también como un lugar con condiciones climáticas extremas que dificultan las actividades agrícolas. Paradógicamente, resguarda una gran diversidad biocultural.