La diabetes mellitus tipo 2 sigue siendo una de las enfermedades más mortales en Sonora, ocupando el tercer lugar entre las principales causas de muerte en la entidad. En 2023, más de 1,500 personas fallecieron a causa de esta enfermedad, que además fue el décimo padecimiento más común entre los sonorenses mayores de 10 años.
De acuerdo con datos del INEGI, el año pasado se registraron 1,565 muertes por diabetes tipo 2 en Sonora. De estas, 790 fueron en hombres y 775 en mujeres, principalmente en el grupo de edad de 70 a 74 años, que concentró 227 de los decesos. Otros grupos vulnerables fueron los de 60 a 69 años (217 muertes) y los de 60 a 64 años (212 muertes).
A pesar de la disminución, sigue siendo una amenaza
Aunque la mortalidad por diabetes en Sonora ha mostrado una disminución del 31% en los últimos cuatro años, la enfermedad continúa siendo una de las principales preocupaciones de salud pública en la región. Actualmente, ocupa el tercer lugar en las estadísticas de mortalidad, solo superada por las enfermedades del corazón y los tumores malignos.
En cuanto a los casos no fatales, el año pasado se registraron 11,589 nuevos diagnósticos de diabetes tipo 2. La mayoría de los afectados se encuentra en el grupo de personas mayores de 65 años, con 3,370 casos. Sin embargo, también se documentaron 3,223 casos en personas entre 59 y 59 años, y 2,304 en individuos entre 25 y 44 años. Es notable que los menores de 15 años presentan un número relativamente bajo de casos, con solo 51 reportados.
Los municipios más afectados
La mortalidad por diabetes muestra una marcada concentración en algunos municipios. Cajeme lidera la lista con 272 muertes, seguido de Hermosillo con 249 y Nogales con 125. Guaymas y San Luis Río Colorado también presentan cifras altas, con 119 muertes en cada uno, sumando el 57% de los decesos por diabetes en todo el estado.
Este panorama refleja una tendencia alarmante que resalta la necesidad urgente de políticas públicas eficaces en la prevención y manejo de la diabetes en la región, así como la importancia de fortalecer los programas de salud pública para reducir la prevalencia de esta enfermedad crónica.