Los ganadores, nominados e invitados no desperdiciaron la noche y celebraron lo mismo en el Governors Ball que con Vanity Fair
La ceremonia terminó y de inmediato la fiesta empezó con la felicidad de los ganadores posando y llevando felices su estatuilla por todos lados del salón.
Algunos famosos se quedaron a la fiesta oficial de la Academia en el Governors Ball, otros desde temprano llegaron a la organizada cada año por la revista Vanity Fair y, en otro lugar, se celebró la gala benéfica de Elton John, en la que reúne donativos para la investigación en busca de una cura contra el VIH-sida.
A la fiesta de Vanity Fair llegaron Christopher Nolan, su esposa (con sus estatuillas) y sus hijos que, si bien eran las estrellas de la noche con el triunfo de Oppenheimer y todos se les acercaban, se limitaron a sonreír y a agradecer las felicitaciones para después de un rato, disfrutar unas hamburguesas.
Billie Eilish no tardó en pasar con dos amigos y su Oscar colgado de un brazo.
La reina de la noche fue Emma Stone, que desbordaba emoción desde la ceremonia y cargaba su segundo Oscar. El primero lo obtuvo por La la land. Ya más cómoda con otro vestido, luego de que el que lució en la ceremonia se le rompió, derrochó felicidad.
Ahí también llegó, deslumbrante, Salma Hayek, que no se vio en la ceremonia del Oscar. Se encontró con sus colegas, conocidos y amigos, como Nicolas Cage, Kim Kardashian, Steven Spielberg, Emily Blunt, Martin Scorsese, Heidi Klum, Kendall Jenner, Jennifer Lawrence, Sofía Vergara y Barry Keoghan.
Ryan Gosling no se dejó ver en ninguna de las fiestas, luego de haber puesto a bailar a todos en el Oscar con su performance “I’m just Ken”.